El valor de los rituales: ¡Verificado!

Justo hoy, mientras me encuentro debatiendo qué preparativos hacer para los reyes con mi marido, me llega una charla (las llamamos ventanas) de mi querida escuela europea de coaching donde me recuerdan el valor de los rituales, para qué nos sirven y cómo usarlos.

A la vez, mi padre, me envía un bonito escrito sobre la importancia de seguir con el legado de la tradición de reyes … aún los que no tenemos niños propios y nos disponemos a hacerlo para nuestros sobrinos.

Y así fue que me propuse disfrutar de estos reyes tan especiales … volviendo a valorar cada paso del ritual.

Y mi ritual empezó así:

• Decretamos visionariamente que este año no haríamos amigo invisible entre los mayores, cada uno tendría una sorpresa en sus zapatos.

• Inicié entonces la búsqueda de la sorpresa para cada uno: pensando sólo en ellos, en algún detalle que les pudiese hacer ilusión, por sus gustos, por lo esperado, o por lo sorpresivo. Poco a poco mientras caminaba por las tiendas se me fue ocurriendo una idea especial para cada uno.

• Pensé en mi propio detalle, algo que me hiciera sentido, que quisiera regalarme para este nuevo inicio de año y de pronto lo tuve clarísimo.

• Pensé en celebrarlo de verdad: en casa no hay niños pero sí sobrinos, así que nos sumamos a los preparativos cerca del árbol: el Belén alumbrado, detenernos a pensar y buscar en el trastero cada detalle para ese rinconcito donde celebraríamos el ritual, envolver los regalos, dejar la bandeja con leche y galletas para los Reyes, y el agua y zanahorias para los camellos (no sabemos si comen eso pero fue idea de una de las sobrinas y así seguimos el juego y la magia de su ilusión) y algunos zapatos ...

• Preparamos los nombres de cada uno con mandalas (a falta de zapatos de los adultos que no viven en casa), mis sobris trajeron unos pares suyos y los colocamos todos en el pie del Belén.

• Y cuando creía que todo estaba listo, me tropiezo en Facebook con una idea brutal, tener una foto de los reyes pasando por la puerta de casa. Un alma generosa nos regalaba los vectores para montar la propia foto y enseñársela a los niños al día siguiente.

Mañana de Reyes ...

¡Qué emociones al ver todos los regalos colocados debajo de cada nombre!.

Es loco o tonto porque nosotros mismos los colocamos, pero me remontó a esa ilusión con la que nos acostábamos de pequeños, esperando la llegada de los reyes, las preparaciones en casa con mis hermanas y padres, el madrugón que nos pegábamos ese 6 de enero y el cansancio de la tarde porque en la noche habríamos creído oír a los reyes mil veces entrando en casa … jajajajaj, no puedo evitar sonreír recordando esa inocencia e ilusión.

Y después de haber vivido este ritual por 41 años, hoy, definitivamente, tiene otro color.

El color de saber que efectivamente eso que nos contaron en la ventana (charla) se cumple:

1. El ritual nos hace ser comunidad, estar ahí presentes para y por el otro, pensar en un nosotros y no sólo en mi misma.

2. El ritual me conecta con emociones genuinas y con querer mantener esos recuerdos vivos a través de pasar la herencia a los sobris, porque inclusive aquellos que ya han crecido, se han sumado tímidamente a la preparación.

3. Con el ritual me pasé una tarde entera con mi sobrina pintando mandalas juntas, en silencio al principio con miradas cómplices, y luego, bailando y cantando al son de la música que ella elegía en Spotify, probablemente, grabando en su memoria la preparación de los reyes con los tíos.

4. Con el ritual me siento conectada, no dejando pasar el momento sino viviendo, disfrutando y cuidando cada detalle. Los rituales se preparan con dedicación, con amor, pensando en cada cosa que utilizaremos: la foto impostada de los reyes, las migas de las galletas, los vasos a medio terminar de leche, las huellas de los camellos en la casa … todo por ver las caras de ilusión que se generarán en los pequeños de la familia al verlo.

5. Con el ritual me doy cuenta que somos una parte importante de la familia y me conecto con mis sobrinas de Argentina sumándolas al evento y acortando las distancias. Durante la llamada, conversamos, nos reímos, vimos sus caras de ansiedad y de nervios al pensar que los camellos podían comerse parte de la decoración... tuvimos una charla de 40 minutos donde cada una cuenta la ilusión con la que ha preparado su casa, las cartas y espera la llegada de los reyes. ¡Charlas mágicas si las hay!

Te comparto esto querido amigo caminante porque tenemos muchos rituales en nuestro día a día que se nos pasan por alto, los que hacemos en automático y quizás sea hora de valorar y empezar a disfrutar nuevamente.

Como siempre te dejo preguntas de reflexión que a mí me sirvieron para valorar los rituales y empezar el año haciendo revisiones constructivas a futuro:

• ¿Para qué hago este ritual, cuál es su propósito?

• ¿Con qué me conecta?

• ¿Qué emociones surgen con este ritual?

• ¿Qué rituales soy consciente de tener? ¿Cómo los estoy viviendo?

• ¿Qué cosa podría cambiar para disfrutar y conectarme más con ese ritual?

• ¿Qué me estoy perdiendo si no disfruto y vivo plenamente este ritual? ¿Qué gano si lo hago?

Sin dudas yo he ganado un momento mágico, de esos para recordar y que ojalá mis sobrinas también lo hagan.

Te deseo que hoy o durante el año puedas conectar con alguno de tus rituales, que te animes a continuar con los legados y las herencias que nos dejan, porque siguen siendo nuestra identidad, nos dan sentido de comunidad y de pertenencia.

¡Muy Felices Reyes a todos los que elegimos seguir poniendo el corazón … y los pies en la tierra!

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