Si es así es un logro impresionante. Sin embargo, no te vuelvas prisionero de ese tipo de resolución. Dicha ventaja podría ser una carga.
Las condiciones cambian, aparece nueva información o las circunstancias toman otro sentido. Si no puedes adaptarte (si sigues adelante, incapaz de digerir esta información), no eres mejor que un robot.
La clave consiste en no tener una voluntad de acero sino flexible, adaptable.
𝑪𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒓 𝒚 𝒂𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒆ñ𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅. 𝑳𝒂 𝒇𝒍𝒆𝒙𝒊𝒃𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍𝒆𝒛𝒂.
De hecho combinada con la fortaleza, esta flexibilidad nos hará resilientes e imparables.
¿Qué creencia tienes sobre cambiar tu rumbo, una decisión o una opinión? ¿Será que necesitas flexibilizar esa voluntad para conseguir tus objetivos?
Un abrazo desde el corazón flexible para acompañarte en los cambios de rumbo que necesites.
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