¿Qué pensarías si te dijera que no escucho realmente la historia de mis clientes?
Seguramente estarás pensando “pues vaya coach” ¿Verdad?
Pues he aprendido estas navidades una manera diferente de escuchar, donde no uso las orejas ni la cabeza …
Empecé a practicar la escucha con el corazón… ¿y cómo se hace esto?
Intenta la próxima vez que alguien venga a contarte algo que le preocupa, que le está pasando … respirar hondo y conectar con tu corazón, con lo sientes que está necesitando. En silencio, sin decirle nada, deséale eso que necesita. A continuación suelo pedir (para mi) que mi intervención sea desde el alma y sólo decir o hacer lo que le pueda ayudar. Que "me usen" de canal para hacerle llegar la información que necesita.
Desde que he aprendido a escuchar desde el corazón, ayudo más a los otros que cuando me engancho con la historia que me están contando. El corazón no se equivoca nunca, pero no me creas, ¡pruébalo!.
Te dejo la primera prueba: mientras lees esto que te voy a contar, conecta con lo que sientes que necesita esa persona, ¿te animas?:
“𝑈𝑛𝑎 𝑎𝑚𝑖𝑔𝑎 𝑡𝑒 𝑒𝑚𝑝𝑖𝑒𝑧𝑎 𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑎𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑢𝑛 𝑗𝑒𝑓𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑚𝑢𝑦 𝑚𝑎𝑙𝑜, 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑚𝑜𝑙𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟𝑙𝑒, 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑗𝑜 𝑙𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑙𝑡𝑎 𝑢𝑛 𝑖𝑛fi𝑒𝑟𝑛𝑜 𝑎𝑐𝑡𝑢𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 … ¿𝑞𝑢é 𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑡𝑎?”
Claro que para escuchar de esta manera hay dos requisitos importantes: 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗺𝘂𝘆 𝗽𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗼𝘁𝗿𝗼 𝘆 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗲𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝗱𝗼, 𝗱𝗲𝗷𝗮𝗿 𝘁𝘂 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝘆 𝘁𝘂𝘀 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗽𝗿𝗲𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗳𝘂𝗲𝗿𝗮. Sólo debes concentrarte en “desearle” lo que está necesitando. En este ejemplo puedes sentir que necesita paz, claridad de pensamiento, ver las cosas con amor …
Muchos de mis clientes se sorprenden cuando soy capaz de sentir lo que les pasa aunque no me lo digan claramente. Esto sólo sucede porque activo mi escucha desde el corazón, desde el alma, desde la pureza más absoluta interna que no tiene prejuicios ni ideas preconcebidas.
Y tú ¿cómo consigues escuchar desde el corazón?
Un abrazo de un corazón transformado en oreja para escucharte mejor
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